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El Tesoro Público del Estado hará este año un préstamo de 15.000 millones a la Seguridad Social para hacer frente a los pagos de las pensiones. Sin esta inyección, los 9,5 millones de pensionistas se quedarían sin la paga extra de Navidad y de verano. La hucha de las pensiones, el fondo de reserva, se ha fundido. Y el repunte del empleo no garantiza en absoluto los ingresos necesarios para abordar los compromisos de las cotizaciones laborales.
El préstamo de este año es un 50% superior al del año pasado, que fue de 10.192 millones. Estos préstamos, sobre el papel, se deben devolver a los 10 años sin intereses. Vista la dinámica económica española esto no tiene salida.
Situémonos. ¿Cuál es el sistema español de pensiones? Las pensiones de un mes se pagan con las cotizaciones que han hecho los trabajadores en activo del mes anterior. El organismo que tiene la obligación legal e imprescriptible de pagar es el que ha cobrado las cotizaciones del pensionista durante su vida laboral. Por lo tanto, el Estado.
Dónde están los cuellos de botella del sistema español? La esperanza de vida es muy alta. Cuando se instauró el Retiro Obrero (1919) la esperanza de vida eran 41 años. Cuando se legisló la Ley de Seguridad Social (1967) la esperanza de vida era de 70 años. En el año 2000 era de 79 años. Y ahora mismo está en los 83 años. El aumento de cantidad de pensionistas no ha ido acompañado del aumento de trabajadores cotizantes. Este fenómeno que ocurre en toda Europa, se ha tenido que abordar con varias reformas de financiación, de alargamiento de edad de jubilación, pero sobre todo, con una apuesta decidida por una economía de alto valor añadido que a la vez atrae una inmigración cualificada.
En España, la crisis económica ha hecho crecer muchísimo el paro, ha hecho bajar los salarios y los nuevos puestos de trabajo son muy precarios y mal pagados. Se calcula que la persona que cobra por debajo de los 1.100 € al mes sale deficitaria al Estado. Por tanto, no sólo no aporta nada a la caja de las pensiones sino que tiene costes diversos para el Estado que sus impuestos no cubren. En todo caso, han disminuido mucho las cotizaciones, que son la base para el pago de pensiones y, por tanto, disminuyen los ingresos a la Seguridad Social. Si no fuera suficiente con estos problemas estructurales, el Estado marca unas prioridades presupuestarias destinadas a reforzar sus aparatos centrales, construir infraestructuras faraónicas ineficientes y gasto militar. Esto conlleva haber puesto la mano en la hucha de las pensiones para tapar otros agujeros del endeudamiento público. Por ello, la mala gestión del Fondo de Reserva lo ha hecho pasar de los 66.000 millones de euros a 8.000, bajando. El déficit previsto para la Seguridad Social de 2017 es de cerca de 17.000 millones
En vez de hacer aportaciones directas del Estado a las pensiones para paliar el problema, como en otros países, se han improvisado medidas perjudiciales, como aumentos de sólo el 0,25% anuales provocando una progresiva pérdida de capacidad adquisitiva entre la gente mayor.
Y mientrastanto se van lanzando globos sonda, pero nadie se atreve a abordar el fondo del problema que es el Estado mismo y su composición oligárquica. Y por lo tanto, los únicos globos afectan a la gente: subasta de fechas de jubilación: a los 67 años, a los 70; alguien se ha atrevido a decir a 75. Llamadas a los planes individuales de jubilación para que los bancos que decían estar pasándolo mal, puedan añadir dos dígitos en los índices de crecimiento (Datos de 2017: CaixaBank un 60,9% más de beneficio atribuido al grupo; Banco Sabadell un 12,8% más, por ejemplo).
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Todo un panorama apocalíptico de un Estado que sólo puede vencer a porrazos, ya que es imposible que convenza a alguien con esta forma de administrar el dinero público.
Por si fuera poco, anteayer, el ministro de la sonrisa de hiena, Montoro, informaba que de quita de la deuda de las Comunidades Autónomas, nada de nada. Don Cristóbal no está dispuesto a perdonar las deudas extraordinarias de financiación vía FLA.
A pesar de un FLA alimentado con el dinero de Cataluña, que nos es cedido en préstamo del que tenemos que pagar intereses, y a pesar de la intervención de la hacienda catalana desde hace cinco meses, el ministro ha elogiado el nivel de descentralización del estado de las autonomías español: “No hay ningún otro país en el mundo que en 40 años haya sido capaz de descentralizarse tanto como España”, espetó.
Así, la chulería que usan los ministros del PP, responsables de la quiebra del sistema de pensiones y del ahogamiento de las finanzas autonómicas es inmensa. La chulería de los piratas que ondean la bandera negra desde la isla del tesoro, que es Madrid.
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