Se iban a escribir unos párrafos sobre la apasionante Diada que nos espera este martes, pero oír lloriquear a Albert Rivera en “Els matins” de TV3 sobre la fantasiosa y presunta manipulación que esta televisión ejerce en su programación, ha provocado este cambio. Otra más de este político de extrema derecha.
El presidente de Cs tiene tanta cara dura y es tan cínico en su día a día, que es capaz de esos comentarios y de más. En sus comparecencias en las televisiones estatales lo tienen tan mal acostumbrado que ha perdido el contacto con la realidad. Y sobre todo de la realidad del país donde nació. Lo de TV3 es un panfleto propagandístico, comparado con la enciclopedia mediatica golpista de su España.
Si por él fuera la CCMA (Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals) no existiría –ya lo ha insinuado varias veces- y todo la información y control dependería del organismo estatal competente. Como en los tiempos de Franco! No sé cómo la colega Lidia Heredia, no le ha replicado aún más duramente. Supongo que porque es más educada y correcta que él, y que yo.
Rivera es un político que cuida más la imagen que el fondo. Y eso en la España ‘cañí’ de sus medios, vende. La puesta en marcha de su discurso nacionalista en las pasadas elecciones ya lo dejó claro (“Solo veo españoles“) y supuso el pistoletazo de salida a la parafernalia del postureo: bandera rojigualda descomunal, Marta Sánchez cantando el himno español de la marcha real con su propia letra y una retahíla de neo-famosos para acercar Ciudadanos a la idea de un partido de gobierno que no pudo ser.
Por eso las cadenas privadas le adoraban. Porque las derechas más conservadoras volvían a tener protagonismo y eso les favorece. Sin las sentencias de la trama Gürtel el PP aún estaría en la Moncloa. Porque a los ‘padrinos’ de Rivera, dígase José María Aznar, dígase Ibex 35, o el resto de familias, no entienden que pueda haber una TV pública que acepte a Republicanos y/o Independentistas en su parrilla de programación. Qué provocación!
Además a este joven político le falta un hervor en cuestión de persuasión. Por mucho que se haga fotos desnudo. Quejarse de lo que sea catalán, no le hace ningún favor. Allá él. Despotricar y renegar de todo lo que provenga desde Catalunya es autocalificarse de ser un político acomplejado y mediocre. Acusar a esta TV de informar faltando a la verdad en beneficio del independentismo es hilarante, y más cuando toda la caverna mediatica española está al servicio del unionismo.
A Cs le encanta citicar a ese medio de comunicación y no ver jamás ninguna de sus bondades. Eso deja a Rivera retratado en cada intervención. Se dice que la fortaleza de una persona se puede medir por la capacidad de aguantar las críticas vertidas hacia él o sus ideas. En cómo defenderse o replicar si otro está en contra de ellas. Lo que determina que tiene fobia y paranoia a TV3 o donde esté la Generalitat soberanista.
Rivera ataca de forma fascista contra la educación catalana, llama nazi a los independentistas que merecen tanto, o como mínimo, el mismo respeto que sus afiliados fachas falangistas. O acusa de politizar a los mossos y no ver que su policía española es la más servil de Europa. Y así un largo etcétera de contradicciones. No sabe tanto como él se cree.
El ejemplo lo tiene en Pedro Sánchez. Que en un momento dado, puede pensar igual que él, actuar igual que él, de no querer aceptar la realidad catalana, pero por lo menos lleva bien el paripé de caer mejor y no ser tan ‘jeta’. Por eso se le ha confiado y por eso es el nuevo presidente del Gobierno. La mujer del Cesar, aparte de serlo, ha de parecerlo.
Aún le queda mucho que aplicarse, tanto a él como a su Arrimadas. Por lo pronto que empiece a comportarse como un político correcto y respetuoso en sus declaraciones a los medios de comunicación no españolistas. Mientras recapacita, TV3 sigue siendo la TV favorita de los catalanes. Por algo será…
El Comunicado
Josep Herrera
Periodista
