Edició 2094

Els Països Catalans al teu abast

Divendres, 19 de abril del 2024
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Quo vadis, Hispania?

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España, no es tu aptitud, si no tu actitud, lo que determina tu altitud. El problema de la mayoría de tu gente no es tanto su ignorancia, como el saber tantas cosas que no son así. ¿A dónde vas, España?
 
Sé que estos artículos son leídos (me consta) por ciudadanos que no están por la labor de entender que es el independentismo en Catalunya. Que no comprenden que el serlo no es que sea una opción, es que es lo único que se puede ser. Ser independiente como única vía de solución, de una vez por todas, a un problema que soporta Catalunya, como disimula España. No existen ni se esperan más opciones ‘serias o reales’, así que les conviene a ambas nacionalidades. Las demagogias federalistas no estan al uso, ni son factibles en las tesitura actual españolista. Responsabilidad en lo que se promulga políticamente, por favor. Ni por supuesto se aguanta ya lo de una, grande, y libre, porque sí. Ahora con el formato europeo eso es una reliquia del pasado. Cuanto más grande se hace algo más necesarios son los pequeños detalles. Si se quieren preservar los valores, contra la cantidad, es más necesario el ejercicio de la calidad. Ahora la sensibilidad de los pueblos es más exigente con sus ideales, sus fundamentos, sus cualidades. Ser catalán no se trata de hablar o entender el idioma, es una manera de expresarse, de sentir, de creer, de ser. Conozco ilustres catalanes bien hablados que les importa un bledo que Catalunya necesite de su espacio identitario.  
 
No es una cuestión de partidos, de ideologías, no es una cuestión de izquierdas o de derechas, de si el color de la estrella ha de ser roja o blanca. Es mucho más sencillo, es una cuestión de moralidad, de integridad, de sentido común. Se puede decir que los aguerridos ciudadanos pacíficos en cuestiones de esta índole hemos estado ausentes de tan delicada decisión, o simplemente el letargo en el que nos consumía el resto del estado nos narcotizaba con su placebo. Ahora hemos pasado al frente, a tener necesidad y obligación de opinar, de recordar a los antaño propagandistas/octavilleros de lo español que en estos momentos se postula otra manera de ver y hacer las cosas en Catalunya. Ya vendrán tiempos de volver a ese letargo por aburrimiento que se puede entender producen los partidos políticos, que no la política. En estos momentos no se evalúa si se está arriba o abajo a un lado o a otro. Ahora ser catalán es pensar con la idiosincrasia de un catalán. Ni más, ni menos.
 
Semana para reflexionar sobre el tema. Considerar el vociferar lo más alto posible, basta de coacción al soberanismo catalán! Al igual que se intenta respetar, aún a costa de escuchar demagogia infinita al que está en contra, no se puede vulgarizar la demanda de autosuficiencia porque aún se hace más grande la brecha en la manera de pensar entre ambas partes. Represiones y amenazas contra todo lo que pueda ser sinónimo de autarquía catalana se está convirtiendo en una vergonzosa demostración del talante o ideario español.  A ver quien la dice más gorda y si es posible ser más papistas que el papa. No puedo creer que los de fuera se estén aborregando tanto sobre la manera de llevar la cuestión del independentismo, y que no tenga más discurso que ese. Quién te ha visto y quién te ve sin maquillaje reina mora. La fuerza de Catalunya es la actitud en la forma de ser de su gente. Quo vadis, Hispania? ¿A donde vas España? ¿Será verdad que al final va ha haber tanta diferencia de mentalidad entre los de aquí y los de allí…?

J L Herrera Vega
Ciències de Informació i Comunicació
El Comunicado

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