El próximo dio 26 de junio puede dar para mucho o para nada. El ‘tema’ de Catalunya puede entrar de lleno en la campaña (interesaría que así fuese) o puede pasar de puntillas. Es posible que de los doce meses que faltan de los dieciocho propuestos por Carles Puigdemont sobre la hoja de ruta del procés, sean suficientes para lanzar definitivamente la misma, o se tenga que aplaza el despegue por no tener una ‘meteorología adecuada’.
Se pueden considerar todas las posibles opciones venideras, pero a buen seguro en unas semanas se volverá a hablar de promesas de ‘referéndums’ sobre, llamémosle por ejemplo ‘federalismo’, que castiga menos al orador que soberanismo, para aparentar que se entiende el ‘procés’ de Cataluña por parte de algunos políticos. Son elecciones.
Esto viene a dilación porque el president Puigdemont ha emplazado a la formación política, o formaciones que le toque gobernar tras las urnas del 26 de junio, a negociar una consulta abierta sobre el futuro de Cataluña que según él, podría no limitarse solo a la independencia y “podría incluir también una opción federal”. ¿Es posible la Independencia pasando previamente por un Estado federal?
El líder del govern catalá ha solicitado en su primera conferencia en Madrid que los partidos nacionales reconozcan este año a los partidos independentistas como “un actor político que no va a desaparecer”. Que cada lo uno interprete como quiera. Cuando se aproximan unas elecciones siempre aparecen ‘solucionadores del problema’ catalán.
En España están encantados con la propuesta, que según adivinan, ha querido reflejar el president. Dan a entender que Puigdemont conoce la posición real de todo esto y por eso rebaja el suflé del independentismo, cuando dice que “el Estado español no está preocupado por la cuestión independentista catalana y ha advertido que su gobierno seguirá con la hoja de ruta independentista de 18 meses de duración, sin que ello impida que haya cooperación y diálogo. El Estado puede transitar de despreocupación en despreocupación hasta la preocupación final”. Toda estrategia cuenta. Siempre es bueno y más en unas elecciones a la vista, ser condescendiente en política.
El Cap del govern ha ofrecido su primera conferencia en Madrid invitado por un acto de Nueva Economía Fórum, lo que ha permitido al president a reafirmarse en el plan independentista. El proyecto, ha recordado, “pasa por una legislatura de 18 meses que culminará con unas elecciones constituyentes y con la formación de una nueva mayoría parlamentaria que debería servir para redactar una Constitución para ser votada posteriormente. Están previstas dos validaciones democráticas más”, ha sentenciado Puigdemont. Las interpretaciones electorales a otras ‘opciones’, como por ejemplo las del diario El País, se argumentan porque no se ha hecho referencia a que ninguna de estas validaciones sea específicamente sobre si se quiere o no un ‘estado independiente’. A buen entendedor con pocas palabras basta. Y ya se sabe que en épocas de elecciones a la vista, cada uno oye lo que quiere oir…
J L Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado
