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Otegi, de preso a presidente

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En doscientos años no hay una sola generación de vascos que no haya conocido la cárcel, el exilio, la tortura y la muerte ligada a la política“. Arnaldo Otegi Mondragon, Secretario General de Sortu.

En esta semana que acaba, días en los que el Estado busca disponer de un candidato con los suficientes apoyos para ser envestido presidente del ejecutivo, desde el Comunicado se adelantó hace mucho que solo sería posible una coalición de izquierdas, Felipe VI volverá a hablar con los grupos parlamentarios a partir del miércoles para proponer un candidato alternativo que no sea Rajoy. Ha trascendido una noticia capital que no se ha divulgado con la importancia que debiera. Arnaldo Otegi podría convertirse en Lehendakari, pasando de presidiario a presidente este mismo año.

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Arnaldo Otegi, el exportavoz de Batasuna y actual Secretario General de Sortu saldrá de la cárcel este próximo 28 de marzo según la liquidación de condena que realizó a finales del año pasado la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. En septiembre de 2011 la Audiencia Nacional condenó a Otegi a diez años de cárcel por intentar reconstruir Batasuna bajo la dirección de ETA a partir del proyecto Bateragune pero en mayo del año siguiente el Tribunal Supremo rebajó la pena a seis años y medio. El tribunal sentenciador fijó inicialmente la fecha de licenciamiento del exportavoz de la izquierda abertzale para el 8 de abril aunque adelantó la salida de prisión al 28 de marzo al atender un recurso presentado por su defensa.

A lo Lech Walesa en Polonia, Michelle Bachelet en Chile o Nelson Mandela en Sudáfrica la historia ha contemplado infinidad de excarcelados con un perfil similar al que tiene Arnaldo Otegui. Un encantador de masas que lucha por las libertades de su tierra y sus ciudadanos. Hasta ahora se había hablado que no podía presentarse a unas elecciones ni ocupar un cargo público hasta el 28 de febrero de 2021, pero ha sido este mismo jueves día 21 cuando el Fiscal Superior del País Vasco, Juan Calparsoro, ha señalado que el Código Penal dicta que “ la sentencia debe especificar el cargo público al que afecta una inhabilitación” y ha recordado que el Tribunal Supremo “se ha pronunciado en algún caso ratificando este criterio”.

En una entrevista en Onda Vasca, Calparsoro ha señalado que aunque ha habido un pronunciamiento oficial por parte de la Audiencia Nacional en relación a la inhabilitación de Arnaldo Otegi para desempeñar un cargo público “la última palabra la tiene el Tribunal Supremo”. Remarcado que es “un tema de interpretación jurídica”, pero el Derecho Penal “tiene unos principios y uno de ellos es que no cabe hacer una interpretación contra el reo extensiva de las privaciones de derechos” y en este caso “se trata de un derecho fundamental que es el de ejercer cargos públicos. Precisamente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acordó aplazar su resolución sobre si el juicio al que fue sometido Otegi vulneró sus derechos fundamentales, admitiendo a trámite parcialmente el recurso.

El tribunal europeo rechazó por unanimidad el resto de motivos por los que la defensa de Otegi recurrió a Estrasburgo: supuesta parcialidad del presidente y un magistrado del Tribunal Constitucional. Por su parte, Sortu considera que la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre Arnaldo Otegi evidencia que “tiene dudas” de que el proceso se hiciera con “garantías e imparcialidad” y ha ratificado que tuvo “únicamente una justificación política”. Su abogada, Jone Goirizelaia, apuntó hace poco que el Tribunal de Estrasburgo deberá “analizar en profundidad” si hubo “falta de imparcialidad” por parte de la magistrada de la Audiencia Nacional Ángela Murillo durante la vista oral en la que se le condenó a seis años y medio de cárcel.

La cuestión está servida. Si el fiscal ve poco aclaratorios la denegación de sus derechos para presentarse en cargos públicos ya que tanto el Código Penal como las sucesivas sentencias del TS y el Tribunal Constitucional son claras: si no se especifican los cargos a los que no podrá acceder un condenado, la inhabilitación especial no tiene efecto, Otegi se podría presentar, y si el alto Tribunal francés (probablemente resuelva más tarde que pronto) tiene sus dudas sobre la sentencia, Analdo Otegi puede convertirse en un mártir de la causa. Otro “error” del Estado, que además se le volverá en contra por su afán de protagonismo represor. Si un político como Otegui llegara a ser Lehendakari este mismo año, no dejara indiferente a nadie, el escenario político tanto del Procés como de la actual situación en Euskadi daría un vuelco considerable en el tablero de juego…

J L Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado

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