El polifacético intelectual irlandés Bernard Shaw (primera persona en recibir el Premio Nobel y un Premio Óscar) decía que “la osadía de los tontos es ilimitada, y su capacidad para arrastrar a las masas, insuperable”.
Nos encontramos esta semana con la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Isabel Celaá, afirmado que el Ejecutivo no está dispuesto a entrar en ninguna “escalada dialéctica” con el President de la Generalitat, Joaquim Torra, a quien ha encomiado a rebajar la tensión y a tener la inteligencia de aprovechar la vía del diálogo. Manifestando sin mayor rubor ni decoro, que la aplicación del 155 en Catalunya, no ha estado sobre la mesa, porque “los límites están claros”
Opinión manifestada después que el presidente Pedro Sánchez lanzase un mensaje a Torra desde Colombia recordándole las “consecuencias del desacato y de la unilateralidad”. Para que el President le respondiera en redes sociales, que él creía haber entendido hasta ahora que el objetivo era buscar una solución política, refiriendose a la situación en la que se encuentran Catalunya y España.
Según Sanchez, el Gobierno no tiene ninguna intención de transitar por ninguna escalada dialéctica ni a un aumento de tensión y, precisamente,lo que quiere el Gobierno es que el Govern rebaje la tensión, acusándole de alguna manera de la situación actual. De querer ir en contra de la Ley y el Estado. Incluso del deseo de los catalanes.
Para el líder del PSOE lo que no se puede de ninguna de las maneras es “establecer a modo de ultimátum cuestiones que para nada están en lo que significa un camino hacia la normalidad y hacia la salida de un conflicto político”. Para Sánchez la única ‘normalidad’ es acatar las órdenes del gobierno central, sin más.
Aunque niega que se pueda dar el caso de una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y que sea un tema que no ha sido objeto de debate por el Gobierno en ningún momento, el hecho de nombrarla sin venir a colación, es un gravísimo síntoma de prepotencia política, y más cuando se habla de “normalidad”.
Además, exige a Torra que “abra un diálogo entre catalanes” para coser la ruptura social que ha provocado el Govern. A la vez que vende el mantener su voluntad de reunirse este año con él, para ‘normalizar’ el asunto catalán. O quizás quería decir intentar ‘lobotomizar Catalunya’. Ruptura social que solo ven las masas afines al unionismo español.
El líder socialista dice saber perfectamente cuáles son los límites y nadie les va a embaucar, por eso asegura desde Colombia que “tiene que haber suficiente inteligencia en el otro lado como para aprovechar la oportunidad del pasillo abierto en política” Añadiendo que, “hemos de dar una oportunidad a la política, porque el otro camino (lo 'no normal' y el 155), ya lo conocemos”.
Lo dicho. Cuánta razón tenía Shaw cuando hablaba de la osadía del ‘necio’. De algunos que tienen la fuerza del descaro por sentirse arropado por los diferentes poderes, que no dé la razón, que disponen a su alcance. De esa visión de ‘normalidad’ que unos consideran es la buena, la correcta, la que prescribe el libro del buen ciudadano ejemplar. Que cada uno juzgue la normalidad según su criterio democrático…
El Comunicado
Josep Herrera
Periodista
