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Dijous, 25 de abril del 2024
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De justicia pública a mediática

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Acabado el segundo día del “juicio del milenio” en España (hasta el momento), sin haber intervenido todavía los “protagonistas pasivos” del mismo, creo que ha sido en la tertulia de RAC1 donde algún interviniente ha mencionado la expresión «futbolización de la justicia». Se trata de una expresión que en Google solamente aparece expresada en una ocasión, en un blog argentino en 2017. Del mismo modo que se ha hablado de «futbolización de la política», análogamente se habría transicionado de una justicia pública a una justicia-espectáculo.

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Pero es falso que sea equiparable, por lo que bien está que su uso no se haya extendido. Primero por el motivo obvio de que los “profesionales” de la justicia son mayormente funcionarios,  más o menos tendenciosos y con cierto sesgo ideológico, pero se rigen conforme a pautas y reglas que no coinciden ni pueden coincidir con las reglas televisivas y del espectáculo: algo que de hecho (penosamente) lamentaba mi (no obstante) admirado presentador de RAC1, Jordi Basté.

Y segundo (y para mí de un modo más  sustancial), porque en el fútbol las dos partes pueden ganar o perder: aquí una de las partes como mucho puede aspirar a intentar no perder. Que llevemos 2 días de juicio sin que los acusados hayan podido abrir boca, estando el balón enteramente en campo contrario, es significativo de que no se trata de un juego limpio en plano de igualdad de condiciones. Y cuando mediáticamente se ponen unas expectativas tan altas en un show como éste, parece como si tuviera que ser inverosímil que el caso acabe sin condena alguna por lo que supondría de defraudación de expectativas. No es de esperar que algo que capta tanta atención pueda acabar de repente en nada. Es lógicamente posible, pero debes abstraerte demasiado de la realidad como para atreverte a emitir un juicio que no satisfaga unas mínimas de aquellas necesidades sociales del colectivo con el que se comprometen cívica y políticamente aunque no lo reconocieran públicamente jamás.  

Viendo como se tergiversan radicalmente los hechos, por ejemplo acusando de sediciosos a los Jordis por intentar disolver el “tumulto” para dar salida a los funcionarios que estaban realizando sus tareas en la Conselleria de Justicia el 20-S, o viendo violencia en una ciudadanía pacífica que recibió aquella escandalosa represión policial y que supuestamente estaba siendo envalentonada por los políticos independentistas (que ni siquiera se atrevieron a retirar una bandera simbólica, pero que son acusados con penas superiores a los asaltantes a golpe de pistola y tanques del 23F), convendría que buscaran otros juegos que describan más fielmente los desarrollos recientes. No obstante, la crítica constructiva y una propuesta de un juego más comparable será para otra ocasión.

 
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