Decía el filósofo austriaco Karl Popper que la verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la negativa a adquirirlo. La nueva ola de críticas hacia Catalunya, realmente ese mar nunca ha dejado de moverse, vuelve a sonrojar a más de un demócrata, de los de verdad. Despotricar del más preparado siempre ha sido deporte nacional en la tierra de la rojigualda.
Esta semana PSOE, PP y Cs en la Asamblea de Extremadura instan a aplicar el 155 en Cataluña de forma aberrante, cínica y sin tapujos. En el pleno de esta Asamblea se ha aprobado una propuesta de impulso formulada por el PP y en la que, entre otras cuestiones, se insta a la Junta a exigir al Gobierno central al “abandono de la bilateralidad con Cataluña” que según reza la iniciativa, sitúa al resto de regiones españolas en una posición de “subordinación en asuntos que a su juicio deben ser abordados de forma común”. Según fue informando Europa Press.
En Andalucía Catalunya ya fue el arma arrojadiza de las pasadas elecciones. Juan Manuel Moreno el nuevo presidente de la Junta de Andalucía continua con esa línea. En su discurso de la toma de posesión ha remitido directamente a Catalunya y ha mencionado, en reiteradas ocasiones, el movimiento independentista haciendo un llamamiento a la unidad patriótica asegurando que “el futuro de Andalucía y del país será más fuerte si desterramos las divisiones”. Ha apelado así el independentismo y ha avisado de que bajo su presidencia “defenderá España de cualquier embate con solidez, convicción y fortaleza”.
Catalunya, siempre Catalunya, para llenarse la boca. Lanzar proclamas anticatalanas y prometer beligerancia activa desde Andalucía y Extremadura, vende. Como vende en el resto de España. Y vende entre aquellas falsas ignorancias que no quieren ver más allá de lo que les es cómodo. Tapar sus vergüenzas con la excusa de estar “enfrente de los que quieren romper España y dividir a la sociedad” ya lo dice casi todo. Ambas regiones han garantizado que sus comunidades nunca estarán ausentes del debate sobre España.
Qué opina el Gobierno de todo esto. Pues simplemente asegura que aplicar en este momento el artículo 155 de la Constitución española en Cataluña sería inconstitucional. Así lo ha asegurado tras el Consejo de Ministros la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, que ha defendido que hacerlo sería una usurpación de funciones autonómicas. Según la portavoz, “nadie que reflexione en profundidad estará defendiéndolo”. España no se puede permitir eso por higiene democrática.
Da vergüenza ajena ver como el nacionalismo de estas regiones que menos aportan al Estado en su PIB actúan como sociedades pre-modernas, que tiene su origen en una reacción a la urbanidad y progreso, a la búsqueda del paraíso perdido de las sociedades estamentales, elementos distintivos de las sociedades feudales. Ciertamente ya no todo son juegos florales. Manejar electorado con las 'peculiaridades' del campo tiene esas cosas.
Todo ello está aderezado con elementos de victimización económica, cultural y política con lo cual es el 'enemigo exterior' el culpable de todos los males que sufre esa sociedad y apuesta por una supuesta 'grandeza' donde todo quedará resuelto una vez desembarazados del malvado transgresor. Del diferente, del que no entienden, o del que no promulga con la voz de su amo, el señorito del Cortijo…
El Comunicado
Josep Herrera
Periodista
