Catalunya es Marca. Cada vez vende más. El que quiera ser algo en la política a lo largo y ancho del territorio estatal debe y tiene la obligación, de opinar sobre Catalunya. Por lo general despotricando, diciendo lo malvados que son los que quieren vivir en una democrácia real y buscan decidir por ellos mismos. Pero eso ya no vende en elecciones.
Como no, tenemos a una ilustre seguidora de esos principios anticatalanistas, aunque ella se considere una catalana de pro. Inés Arrimadas. Que junto a Juan Marín, y un buen puñado de afiliados, abrieron la campaña electoral a las elecciones en Andalucía este jueves en los Baños del Carmen, Málaga, con un mensaje de “esperanza” para ese territorio. D10S los libre!
Y como no podía ser de otra manera empezó su discurso diciendo “Andalucía no es del PSOE, como Cataluña no era de los nacionalistas”. ¿Qué le pasa a esta señora, hija de Guardia Civil franquista y este a la vez primo de Gobernador franquista en su Andalucía, que ni en su tierra puede dejar de hacer comparaciones tan chabacanas con Catalunya?
Ciudadanos va a hacer lo que haga falta como ya hizo en Catalunya, para que el próximo 2 de diciembre saque rédito en las urnas de cara al nuevo Gobierno andaluz. Lo hace combatiendo al poder social que ha fundamentado 40 años de socialismo en la región. Aclamando al cielo que “el cambio es posible porque hay ganas de cambio en nuestra tierra”. ¿Pero no decía que su tierra era Catalunya?
Esta líder del partido naranja asegura que “el destino de nosotros, los andaluces, no pertenece a ningún partido político”. Refiriéndose a las constantes victorias históricas del PSOE en esa región. Recalcando que “tenemos en nuestra mano cambiar la realidad y hacer un camino mejor para todos nosotros los andaluces”. Entonces, ¿de qué se tiene que extrañar esta portavoz de Ciudadanos cuando aquí le digan que solo es catalana por interés, dependiendo de donde este?
Esta gaditana, nacida en Jerez de la Frontera, en 2008 con 27 años se instaló en Barcelona y aprendió catalán gracias a las clases que le pagaba su propia empresa, la consultora Daleph con sede en Cataluña, le está costando integrarse. Es normal que se quedara, Barcelona engancha, seduce, y sigue de moda. Tanto como hablar de Catalunya en España, especialmente mal. Pero despotricar de esta tierra y de una gran parte de sus ciudadanos, no cuela. ¿Por qué no lo hace del nacionalismo andaluz, que también existe? Porque en el fondo, ella se sigue sintiendo andaluza…
El Comunicado
Josep Herrera
Periodista
